Michael Gira caminando por la Gran Vía de Madrid, gritando desnudo «¡SANGRE DE DIOS!» con el pene erecto. Sus compañeros de Swans, siguiéndole en pasamontañas como única vestimenta y arrojándole basura a su paso. Una visión tan poderosa como gratuita sólo puede ser producto de una conciencia alterada. La mía.Son la clase de imágenes que me vienen a la mente oyendo el enfermizo riff de Vino verso durante cinco malditos minutos. Guitarra, bajo, batería y voz tiran de ti hacia lo tangible, con riffs repetitivos y asimilables: teclado y sintetizadores te arrastran en la dirección opuesta, hacia los devaneos más abstractos. Grosso modo, estos son los entresijos del secreto peor guardado de Oranssi Pazuzu : la tensión estática de la que hacen gala en este y en los otros cinco cortes de «Valionelu».
Visiones encendidas
Un niño de seis años escondido bajo los asientos de la séptima fila durante la proyección. Le asustaba el volumen tan alto, y no pudo atender al narrador describiendo las constelaciones. Para cuando asoma la testa, la sala del planetario está ya vacía. Erguido, camina, y a los dos pasos el mecanismo del planetario vuelve a ponerse en marcha. El pequeño se encuentra en medio de la sala, con constelaciones fulgurantes abrumándolo. El Universo para él solo. Nunca olvidará esa sensación: Tyhjä temppeli.
Como tentáculos de mercurio
Cuando estalla Uraanisula, pareciera que se produjese la espectacular reacción química entre el fuego y un pedazo de mercurio (II) tiocianato. Bajo, batería y guitarra serían esos grotescos tentáculos emergiendo, y los teclados la cadencia con la que se van enrollando sobre sí mismos. La misma masividad de la nave de los Arquitectos de «Prometheus» al despegar, portadora de la misma arrogancia genocida. Reikä maisemassa es el necesario y aburrido viaje interplanetario. Un viaje entre mundos en estado de hibernación.
Vestigios de aquellos noruegos locos
Reunidos y recluidos en Olen aukaissut uuden silmän, el primer y último bastión black metal del disco. Compuesto con una sensibilidad cercana a la que dió lugar a Space Invaders.
Un delicado diálogo
Un delicado diálogo entre bajo y guitarra nos mete de lleno en Ympyrä on viiva tomussa. En un momento dado, bajo y guitarra se alinearán hasta doblarse. Todo ello ejecutado con una finura que alumbrará a muchos. La batería, que ha mantenido a raya la fuerza de un pulso cósmico, llegará un momento en el cual reventará en decenas de fragmentos. El teclado traduce los cientos de colores caleidoscópicos de esta maravilla explosión. Y volverá la delicada guitarra, pero esta vez sola y afín a figuras del ¿flamenco? Sí. Es una asociación que ya me surgió la primera vez que oí Vino verso. Pero tuve miedo de decíroslo en ese momento de la crítica. Un punteo que resulta como una tenia vagando por la Vía Láctea: girando, explorando. La subida de intensidad final incluye un tremolo picking que te hará sentir vivo donde quiera que lo escuches. Y el final, un gran bang expansivo que se pierde en las oquedades del Espacio.
Sentid fuerte en vuestro cuerpo una sola escucha de lo nuevo de Oranssi Pazuzu. Y por favor: dejad que él os sienta a vosotros también. Estoy demasiado seguro de los resultados. Disfruten. Comenten. Compartan.