Difícil de definir el estilo de este grupo francés. Basado sobre todo en una sombría atmósfera electrónica, hay que destacar el gran acabado de los temas. Aunque no encontraremos ni guitarras ni estructuras típicas de grupos de pop y/o rock, Between Sheep and Pigs no es ni mucho menos un disco ambiental o minimalista, sino uno con las ideas bien definidas, aunque eso sí, posiblemente ocultas en la primera o segunda escucha.
Tame Squash empieza con la voz como punto fuerte, acompañado de un piano y una atmósfera muy industrial, para acabar al más puro estilo jazz con saxo incluído, sin duda el tema destacable del disco. A Lie In Heckless es el ejemplo perfecto de cómo hacer un gran tema basándose en un repetitivo ritmo, vestiéndolo de un abrumador número de detalles. En Devilame, en cambio, nos muestran que el grupo tampoco tienen miedo de introducir una buena cantidad de ruido distorsionado al estilo shoegaze. En la segunda parte del álbum destaca el lado más ambiental y calmado del grupo, del tinte acústico de Topland al experimental Sheeptype.
En conclusión, un disco con un estilo propio muy conseguido, lleno de misterio y originalidad. La relativamente corta duración del disco es único negativo que se podría subrayar.