Con su tercera edición cada vez más cerca, el Transtropicalia sigue demostrando sin prisa, pero sin pausa, que es uno de los festivales más originales a los que se puede asistir últimamente. No sólo por su rica propuesta extramusical: una localización desconocida entre Elche y Alicante con piscina en la que diferentes colectivos hablan de sus proyectos e iniciativas, comida y bebida a precios populares… La experiencia de estar más en una fiesta de amigos en el campo que en los mil-y-un festivales patrocinados por una marca de cerveza, y obviamente, lo que en última instancia nos hace movernos a los festivales: los grupos.
Hace poco conocíamos el cartel de este año, encabezado por los madrileños Rosvita y Mdou Moctar, que de actuar en bodas en Níger ha llegado a tocar en el último Primavera Sound. De estos y los otros tres grupos (Trash Kit, Mott y Flyingpigmatanza) esperamos poder hablaros cuando llegue el 12 de septiembre, así que de momento os comentaremos lo que aconteció el pasado viernes día 11 en el centro Las Cigarreras de Alicante.
La fiesta de presentación del Transtropicalia ofreció un cartel parecido en cuanto a variedad al de su hermano mayor: Above the Tree, Sheila y el plato fuerte: Za!
Para quien no conociera la propuesta del italiano Marco Benacchia, o lo que es lo mismo, Above the Tree, seguramente una pregunta rondaría su cabeza: ¿quién es chalado de la máscara de papel de aluminio? Su máscara, su guitarra acústica y unos cuantos pedales: lo único que le bastó para dejarnos hipnotizados con sus riffs cíclicos y lo que parecía su voz distorsionada… porque personalmente no sé si debajo de la máscara escondía un micrófono o algún otro tipo de artilugio chamánico.
Cuando recomendamos algún grupo en nuestro especial de bandas mensuales, es un placer poder confirmar en directo que la recomendación no ha sido en balde. Y así quedó patente con los alicantinos Sheila. Jugando en casa, y entre una marea de acoples, montaron una sana ruidera que por momentos se volvió salvaje. Mención especial a los gritos de ¡No pasarán! En Vientre de Serpiente y a los coros que todos cantamos en la última canción (inédita) del concierto.
Za! es un grupo de “espíritu Transtropicalia” por excelencia, si se me permite la expresión y demostraron que la locura es muy divertida, así de sencillo. Desde la aparición de Papa Dupau en la lejanía con su trompeta, que hizo que el público se diera la vuelta intentando adivinar de dónde procedía el sonido, hasta el melocotonazo de después de Ceaucescu. Nunca había visto un concierto de los catalanes y coincidí con un amigo en que aunque pueda parecer que todo lo que tocan es aleatorio y arrítmico, es impresionante la compenetración de los dos músicos y la precisión de cirujano que se vislumbra por momentos. Obviamente hay espacio para la improvisación y se aprecia que una de las fuentes de donde beben es el jazz.
Imagino que es siempre complicado definir una propuesta como la de Za! Que puede ir del afro-beat al hardcore más ruidoso y sincopado. Lo único que podemos hacer desde aquí es recomendaros que comprobéis la experiencia de su show, y casi mejor si nunca los habéis escuchado en disco, aunque podemos asegurar que os dejarán con ganas de bucear en sus aguas tropicales. ¡Macumba o Muerte!
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