A pesar de ser una banda tan joven, Protest The Hero es una formación totalmente consolidada y una de las más interesantes y representativas del metal progresivo moderno que bebe tanto de clásicos virtuosos como del metalcore. Una escena ésta, que si bien está repleta de bandas con enorme talento, su tendente saturación solo permite hacer despuntar a aquellas propuestas más carismáticas y personales, como la de estos canadienses que hoy nos atañen.
La nueva forma de componer ha sido un éxito
Con una base de seguidores más que sólida, el grupo optaba por una nueva renovación para su quinto trabajo (si contamos su EP inicial): recurrir al crowdfunding como medio para financiar el disco, y en segundo lugar, hacer un ejercicio de reflexión interna y cambiar su forma de composición. Desde la peculiar escritura por partes y ensamblado y puesta en práctica posterior, a una metodología más orgánica y coordinada entre todos los miembros.
A juzgar por el resultado, esta última decisión del grupo ha sido un éxito totalmente. Si a Scurrilous le achacaba una falta de gancho en muchas ocasiones, con las melodías de Rody Walker siempre yendo a rastras de una avasalladora maquinaria técnica, Volition ha supuesto una vuelta a la perfecta (y casi imposible) simbiosis de la garra vocal con la complejidad instrumental. El grupo eligió Clarity como representante del disco y de estas virtudes. Las melodías enganchan y las dinámicas de las canciones juegan a su favor.
El enfoque ahora son las canciones
Aunque cuando tiene espacio no duda en hacer sacar a flote todos sus registros (susurros, guturales), Rody sigue en tónica de melodías épicas cual adalid de un nuevo power-metal —a veces con falsetes imposibles, en esta ocasión con una inspiración en las letras que deja un poco de lado sus fantasías sci-fi (por muy friki que puedan parecer sus fotos con atuendos de Star Trek) para sacar un poco más de punta a la reflexión y la crítica social. Por otro lado, sus guitarristas siguen tan en forma como siempre. Me encantan cuando se ponen clasicotes y miran atrás tirando de garra thrash y punk-progresivo, pero aún más cuando intercalan incendiarios shreds como los de Without Prejudices, licks fastuosos en Yellow Teeth o las escalas disfuncionales de A Life Embossed que, aunque pueda sonar de coña, me recuerdan a la técnica de Juan Abarca de Mamá Ladilla. El bajo, otro instrumento imprescindible, saca sus dientes allá cuando tiene espacio, y su momento grandioso es el punteo que aparece en Tilting Against Windmills. En cuanto a la batería, impecable trabajo —como no podía ser de otra forma— de Chris Adler de Lamb of God, sigilosa pantera del doble pedal, que no obstante, solo ha sido un sustituto temporal en la banqueta hasta la incorporación de Mike Ierudi.
Al disco todavía se le suman muchos más invitados estrella, entre los que destaca la llamativa colaboración de las rústicas voces de Todd Kowalski de Propaghandi al final de Underbite. Pese a que se aprecia un trabajo individual de sus componentes impecable, lo más importante de todo es que el grupo suena compacto, cada músico uno en sitio, y el enfoque está en realidad en las canciones.
Marcando pole
Protest The Hero se han marcado un discazo que, si bien a este nivel de pretenciosidad puede llegar a avasallar a outsiders del prog-metal, y en un formato un poquito más corto hubiera sido más eficaz, ha vuelto a sacar a relucir las mejores virtudes del grupo.