Quintessential Ephemera es el último trabajo de Rosetta, incansable banda de sobra establecida en el underground post-metalero, que en este último disco han decidido salir de su zona de confort (totalmente controlada, tal como demostraron en The Anaesthete) para expandir su sonido a nuevos terrenos.
Narratio
En The Cigarette Century, Allan M. Brandt define como lo efímero por antonomasia (Quintessential Ephemera) un producto desechable sin beneficio real sobre el consumidor, que además se encuentra arraigado en nuestras costumbres. En el caso del libro de Brandt, éste denomina al tabaco como el efímero del S. XX, y en el presente disco de Rosetta la banda define que el efímero de nuestro siglo es el contenido generado por la red, tan vacuo como perecedero.
Quintessential Ephemera resulta casi la respuesta a The Anaesthete, un álbum visceral y agresivo (seguramente el que más dentro de la discografía de Rosetta), surgido a raíz de los problemas económicos que sufrió la banda antes de la grabación del mismo. Quintessential Ephemera se encuentra en el otro extremo, se trata de un disco cerebral y que exige un esfuerzo extra para el oyente más curioso: mientras que las canciones The Anaesthete unían una palabra japonesa junto a su significado, en este los títulos se encuentran casi todos sin título, e incluso la versión física no incluye las letras para que, según la banda, los fans se esfuercen en sacarlas.
Argumentatio
Tras el concepto de Quintessential Ephemera se encuentran cambios estructurales en Rosetta, con la adición a la formación al guitarrista Eric Jernigan de City of Ships (con quienes ya grabaron un split en 2012 y han girado en múltiples ocasiones), el cual ya colaboró en The Aenesthete. Este cambio es fundamental en la deriva sonora que presentan Rosetta en Quintessential Ephemera, ya que la aportación de Eric es doble, al participar en el disco como guitarrista y vocalista.
Las guitarras de Rosetta siempre han sido una de sus principales señas de identidad, capaces de aunar contundencia con detalles preciosistas. Una segunda guitarra lleva todo esto a un nuevo nivel en el que la banda renuncia al típico riff contundente post-metalero para centrarse en efectos deudores del post-rock y evoluciones más progresivas, todo ello sin renunciar a su habitual pegada. El apartado vocal sigue una evolución parecida, donde la agónica voz de Michael Armine se combina perfectamente con la de Eric Jernigan, más melódica y deudora del post-hardcore. Y en medio se encuentra el resto de la banda que aporta también su granito de arena en las voces para que los cambios de registros sean menos bruscos y evidentes.
Todo esto sumado a la habitual calidad de la banda da como un resultado un disco de un sonido complejo, lleno de ideas magníficas que se combinan a la perfección.
Peroratio
Puede que los amantes de sonidos más duros vean este Quintessential Ephemera como un paso atrás en la carrera de Rosetta, pero la apertura de miras que demuestra la banda tanto en el concepto como en el sonido del disco abre una infinidad de posibilidades para una banda que corría el peligro de acomodarse en un sonido que comenzaba a desgastarse, y que les coloca de nuevo como una de las formaciones más interesantes del metal actual.