No es ninguna novedad la devoción que en esta casa sentimos hacia Rosetta, el cuarteto de sludge-post rock más entrañable que uno pueda echarse en cara. Los de Filadelfia se lo han ganado a pulso, no solo con un par de discos excelentes sino además con una puesta en escena incuestionable. A esto hay que añadir una actitud para con su público tremendamente respetuosa, llegando al punto de haber puesto The Anaesthete para descargar de forma gratuita a través de su bandcamp.
Pongámonos en situación: A Determinism of Morality supuso un ligero cambio de dirección, alejándose del sonido más ambiental y tan característico de la banda. Rosetta facturaron un disco más directo y metálico, dejando un poco de lado los temas más progresivos y con multitud de capas que se enroscaban sobre sí mismas y jugando menos con los cambios de intensidad. Aunque tiene también dos temas indispensables en su discografía como son Je N’en Connais Pas la Fin y A Determinism of Morality, en conjunto supuso un ligero paso hacia atrás en cuanto a calidad, más teniendo en cuenta que fue grabado después de Wake/Lift, para mí su obra magna. The Anaesthete también supone un paso hacia atrás, afortunadamente no en calidad sino en la evolución de su sonido: podría decirse que es la primera vez que la banda en lugar de mirar hacia adelante y dar un paso firme, se contiene y mira hacia atrás. Más concretamente, The Anaesthete podría situarse sin que nadie se diese cuenta entre Wake/Lift y A Determinism of Morality, recuperando ese sonido más espacial que se echaba de menos en este último.
Tradition sirve como pieza introductora y creo que resume muy bien este sonido del que hablo: la batería marca un ritmo constante pero enrevesado e hiperactivo mientras que el bajo conforma una base más hipnótica y repetitiva. Las guitarras no se conforman con tocar una sola melodía principal sino que van mutando poco a poco, tejiendo un colchón muy melódico y emotivo que sirve de antítesis a los desgaradores gritos de Armine. A medida que avanza el tema y sube la intensidad para desembocar en riffs más bastos, aparecen notas sueltas de sintetizador que se quedan sostenidas en el aire como por arte de magia y que hacen un bello contrapunto, dejando claro que la especialidad de Rosetta sigue siendo aprovechar estos contrastes al máximo. Esta misma estructura se repite con infinitas variaciones a lo largo de todo el disco, como en Dualities of the Way o, especialmente, en el primer adelanto del disco y probablemente el mejor corte, The Center. En este último caso el tema se inicia una explosión de intensidad para dar paso a una calma sobre la que poco a poco la banda se crece. Incluso la melódica Compassion bebe de este sonido a su manera, siendo el tema más melódico y atmosférico del disco, con la participación muy correcta de Eric Jernigan (City of Ships). Por su parte, los temas que se antojan más directos y salvajes engañan bastante y acaban derivando en secciones más post rockeras y emocionantes, (The Secrets y The Miracolous). Finalmente el disco se cierra con Emptiness, una versión más lenta y oscura de la monolítica Monuments (Wake/Lift) que termina abruptamente para dar paso a Austerity, un arrebato de noise en el que las pulsaciones de ruido atacan sin piedad, el momento más oscuro del disco.
Tema aparte y digno de mención es la producción: podrá gustar más o menos el sonido obtenido, pero tal y como ya avisaron la mezcla a cargo de Colin Marston resulta sorprendentemente dinámica y detallada, muy natural, al contrario que las técnicas de masterización modernas en que se lleva el volumen a límites absurdos, habitualmente generando distorsión digital que ensucia el resultado final. Un acierto clarísimo y espero que una señal de que por fin se empieza a recapacitar sobre la nefasta tarea del técnico de sonido en la industria musical de los últimos 20 años.
The Anaesthete quizá no sea el mejor trabajo de los de Filadelfia pero creo que en conjunto resulta algo más compacto y complejo que su predecesor, A Determinism of Morality. Por otro lado, se han quedado a las puertas de la genialidad: haber forzado un poco la máquina, sobre todo en los dos últimos temas, les habría otorgado la excelencia. No importa, creo (y espero no equivocarme) que aún tienen mucho tiempo y carrera por delante como para volver a demostrar que pese a lo infravalorada que está su propuesta, son una de las bandas más notables de su género.
Por LlaneroSolitario