Mientras que durante mucho tiempo Escandinavia ha sido la cantera de las mejores bandas de metal de corte oscuro, Europa del Este está siendo todo un filón para el metal progresivo en los últimos tiempos. Desde Bielorrusia llegan Serdce, un cuarteto nada novel —Timelessness es su cuarto álbum, publicado en 2013 en su patria pero reeditado este año a través de Blood Music— pero que ha sorprendido a propios y extraños con un disco que es todo un salto cualitativo con respecto a sus anteriores referencias.
La agresividad no está reñida con los colores
Serdce destacan por realizar una composición innegablemente inteligente pero especialmente alocada que nace enraízada de retorcidos y férreos riffs pero a cada poco te sorprende con un inesperado giro, bien sea un devorador fraseo death-metalero o bien una sublime pieza de piano que nos evoca a cualquier virtuoso europeo decimonónico. Este concepto de pintar el death-metal con colores tan diversos e intensos, realzado también por el trabajo de su bajista, al que en término futbolísticos podríamos calificar como líbero —ya que goza de relativa independencia de la sección rítmica—, traza los paralelismos con Cynic, al tiempo que mantiene abrasivos momentos metaleros aptos para fans de Messhuggah o Behold… The Arctopus.
Por otro lado, y en esto favorece la apertura de horizontes del grupo, el enfoque melódico de muchos pasajes no esconden que también hay mucho de Dream Theater en el plato, así como ciertos patrones comunes con los británicos Haken —podremos poner de ejemplo a Loss Of Feelings or Feeling of Loss—, lo que hace que cada vez cobre más sentido la etiqueta del nuevo metal progresivo del siglo XXI.
Timelessness es un disco complejo y masivo, a caballo entre la ferocidad y la belleza. Aunque su digestión no llega a ser tan pesada como lo podrían ser otros trabajos death-metal progresivo, está claro que no llegará a calar al metalhead medio si éste no busca la transversalidad entre géneros y admite la sensibilidad como ingrediente. No perdáis de vista a Serdce. No es que hayan llamado a las puertas del castillo de los reyes del prog, es que han entrado solos hasta la cocina y se han sentado junto a la corte.