Estos canadienses, veteranos a pesar de que este sea su segundo disco como Shooting Guns, sorprenden con uno de los mejores discos instrumentales de 2013. En su twitter describen su sonido como “Heavy Pysch. Instrumental doom for degenerates”, en facebook como “Haggard psych mutants choking the sun with 7000 black summoned tentacles” y en su web se enorgullecen de que a sus conciertos asista “a cult of barbarian metal-heads, indie hipsters, Neanderthals, and nerds”. Coñas aparte, el sonido del grupo se basa en combinar dos influencias principales: por un lado la psicodelia y por otro el doom “sabbathiano”. Y lo hacen muy bien.
El riff pesado como motor
Real Horse Footage, Predator II y No Fans son muestra de la faceta dura del grupo. Riffs pesados, lentos y sostenidos, casi siempre repetitivos para recrearse en la sensación de lentitud. Es un sonido que puede recordar a Sleep o Electric Wizard en el tema que abre el disco o que puede volverse más sutil, por ejemplo en Predator II, que sigue siendo un tema doom pero en el cual el gran riff principal comparte protagonismo con el teclado, que junto a la segunda guitarra enriquecen el conjunto y finalmente forman un crescendo épico en los últimos minutos. No Fans, un corte prácticamente drone/doom funciona muy bien como cierre del disco, en sorprendente contrapunto con los temas que lo preceden.
El krautrock de acompañante
En el resto de temas la psicodelia esta mucho más patente. Motherfuckers Never Learn alcanza el momento de mayor velocidad de todo el álbum. Es un tema muy enérgico, con un riff machacón y de latido rápido al que se junta ocasionalmente una segunda guitarra muy ácida y psicodélica que sumada al fondo ambiental, al golpe de los platillos y las ocasionales apariciones del teclado, obteniendo un sonido krautrock que por cierto recuerda mucho a los españoles Lüger.
Como contraposición total a esta velocidad, Go Blind y Brotherhood of the Ram forman la parte más lenta del álbum, similares a los últimos trabajos de Earth. Un sonido desértico y místico formado mediante el fondo space rock del teclado y guitarras vibrantes que alargan cada nota dejando que cada golpe se apague lentamente.
Como he dicho ya, para mi es uno de los mejores discos de 2013 y de escucha imprescindible para todo habitual del stoner/doom y la psicodelia por la buena conjunción de ambas facetas. Calidad y estilo desde la portada hasta el último tema.