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Steak Number Eight – The Hutch (2013)

Desde su anterior trabajo All Is Chaos (2011) venimos reivindicando fuertemente a esta joven banda procedente de Bélgica. Dos años más tarde, el cuarteto vuelve con el disco que debería consagrarles definitivamente.

Un equilibrio que contentará a diferentes gustos

En cuanto a la composición, el grupo ha sabido equilibrar en este disco las estructuras cuadradas con los desarrollos libres, la dureza bestial con auténticos y bellos bálsamos melódicos. Los estribillos, sin ser el eje de las canciones, tienen la importancia necesaria, sin menoscabo de la formación de largos minutajes, en los que se da cancha a lentas progresiones o a bajadas de revoluciones a favor de pasajes introspectivos.

Desde influencias clásicas a vanguardistas

Lo primero que destaca de The Hutch es que Steak Number Eight siguen sin casarse sin ningún estilo. Tenemos recurrentes destellos del post-metal de Isis, rico en texturas de guitarras (Black Eyes), riffs supermetaleros que son auténticos martillos (Cryogenic, Exile of a Marrow), guitarrazos heredados del hardcore y por si fuera poco, orfebrerías musicales y espirales de arpegios que puede llegar a recordar a Mastodon (Push/Pull) o a Cave In (The Shrine). Quiero destacar como muestra de esta impresionante mezcla de sabores el tema Pilgrimage of a Black Heart, capaz de llevar un riff de sello clásico a una experimentación que acaba desembocando en un desgarrado momento con pátina gótica, formado por gritos, piano, y enormes tambores.

Llegando hacia el ocaso el grupo parece dar más rienda a los momentos melódicos de la grave voz de su cantante Brent Vanneste, destacando por su pegadizo estribillo Asshore, o a los pasajes más invernales y en sintonía con su abiertamente revelado gusto post, algo menos inspirados que en la primera mitad.

Ahora sí: sólidos y cohesionados

Volcando las mejores influencias del rock y el metal de las últimas décadas, desde el popular grunge hasta la vanguardia post, Steak Number Eight han conseguido, sorprendentemente, su disco más cohesionado y sólido hasta la fecha, pero a la vez repleto de colores y matices en los que disfrutar. The Hutch es el tercer disco de la confirmación, muestra de las exquisitas habilidades artísticas de un grupo que, por su enorme juventud, todavía nos tiene mucho que ofrecer.