SuicideByStar

Teitanblood – Death (2014)

El nombre de Teitanblood sin duda garantizará la atención y el entusiasmo de algunos elegidos. Es el nombre al que responde una banda proveniente de las oscuras y paganas tierras de Madrid, quienes desde su debut en larga duración, Seven Chalices, han sido abrazados por los seguidores más fanáticos del black y el death metal como unos de sus negros profetas. Y no es para menos, porque Seven Chalices era la polla. Aunque llegué varios años tarde a la fiesta, estoy convencido de que una aberración sónica de semejante calibre fue algo totalmente inesperado para los fans del metal extremo de este país.

Así que tenemos una banda enclavada en un género de pasiones exacerbadas, que además ya había puesto las pelotas sobre la mesa con un disco que sentó cátedra para casi todo el mundo:  como es obvio la expectación ha sido alta sobre el segundo disco de los madrileños. Entre medias un par de EPs donde Teitanblood juegan con un estilo más disonante y retorcido (y con un sampler de voz francamente macarra, inspirado por El Nombre de la Rosa de Umberto Eco), y finalmente un álbum de siete temas, una hora larga de duración donde de nuevo avasallan por completo cualquier expectativa que tuviésemos sobre ellos.

Total, que lo nuevo de Teitanblood vuelve a ser la polla.

Un título harto apropiado que nos sugiere que quizá querían ahorrar tinta, o quizá el encargado de titular el disco quería irse pronto a dormir ese día. Una intención ignoble, en palabras de su sello norteamericano The Ajna Offensive: desmontar la concepción tan prevalente de que el death metal es, de hecho, música. El resultado es Death, un disco que te explota en la cara desde el segundo cero, ahorrándose cualquier tipo de introducción ambiental, o siquiera un fade-in, para meternos de lleno en la tormenta de riffs y solos desbocados que es Anteinferno. A lo largo de la hora extensa que dura el album nos veremos expuestos a una lección magistral de cómo hacer metal extremo en el sentido más estricto del término, sin escatimar ni un sólo blast-beat ni un sólo ápice de la blasfemia sonora que supura por las costuras de Death.

Y aunque aquel tema del EP Purging Tongues apuntaba a un giro hacia la disonancia atmosférica frente al riff descarnado, realmente en Death no se alejan tanto de lo que fue Seven Chalices, si acaso sólamente para dar aún más salvajismo y caos a su creación, la creación de una banda que es capaz de aunar las facetas más destructoras y violentas del black y el death metal con una atmósfera totalmente perturbadora y demencial, como de rito sacrificial a un dios antiguo y temible.

Aún así, uno no puede evitar pensar que, mientras en bandas como Blasphemy (o igualmente sus discípulos aventajados, los también madrileños Proclamation), este caos es el resultado espontáneo de la banda sumergida en un trance primal, en Teitanblood se trata de un esfuerzo cuidadosamente planeado y ejecutado sin piedad: Death es una colección de himnos a la muerte cuyo único empeño es pulverizar a su desdichado oyente, física y espiritualmente.

 

https://www.youtube.com/watch?v=MgQ03q0IaGo
9 / 10 stars