En este disco encontraremos una dinámica de composición distinta a sus predecesores, con una gran cantidad de temas cortos y directos, aunque de nuevo alternarán unas voces melódicas que muy a menudo resultan fuera de lugar en contraste con un sonido tan contundente, sin embargo esto último es una tendencia que siempre han mantenido y a la que te terminas acostumbrando. Buen trabajo y más protagonismo por otra parte a la voz principal, de la mano de Mike Hranica, uno de los cantantes con más personalidad del género.
Metiéndonos ya de lleno en el disco, curiosamente y como experiencia personal, la primera canción Dead Throne me ha hecho creer que el disco iba a ser casi idéntico al EP del año pasado, con esos mismos toques de oscuridad y ambiente siniestro, pero a medida que ves la evolución del disco descubres que no va por el mismo camino y ofrecen una buena variedad dentro de su estilo. El disco tiene una pausa justo en el momento preciso, Kansas, un tema instrumental que aparte de dar un respiro de aire fresco es una muestra más de cómo algunos grupos del metalcore saben manejar canciones melódicas con pausa. Chicago nos traerá las mismas sensaciones -esta vez con participación vocal- que junto con Kansas, conforman la parte más destacable del disco en mi opinión. Para los que esperéis canciones cañeras no os preocupéis porque este trabajo, de nuevo, no os va a decepcionar. En este sentido la mejor parte la encontraremos en los cinco primeros temas, destacando Vengenace y R.I.T. El final del disco se hace más aburrido con algunos temas que no terminan de encajar, como el último, Holdfast, bastante sencillo.
Sin ninguna duda un disco bastante recomendable a pesar de que a diferencia de anteriores obras del grupo, no va a sorprender a primera escucha, parece tener menos carisma pero no por ello menos elaborado.