Volvemos con otro disco que quedó en el tintero del 2010 pero al que le ha tratado muy bien el tiempo. Se trata de Returners, el segundo larga duración de los californianos The Ghost Inside, grupo que ya se dejó ver por algunas de las mejores giras gracias a su primer álbum hace un par de años.
Con Returners la banda se afianza y nos muestra una gran mezcla de hárdcore melódico y metal, con mucha más presencia del primero, conformando un disco de corta duración pero muy directo. A grandes rasgos, contiene casi todos los tópicos de un disco hardcore y con un buen movimiento entre cada uno de ellos: sus coros, sus breakdowns y esas guitarras rítmicas actuando de pantalla, unas veces de forma melódica y otras afiladas como cuchillas. En cuanto al cantante, realiza un buen papel, y consigue bastante expresividad, aunque en este tipo de grupos prefiero siempre a los que tiran hacia una voz más «chillona». Le habría quedado perfecto.
Algunos cortes consiguen meterse en tu cabeza y se vuelven pegadizos, cobrando ese aire de himno tan común en este género. Los ejemplos más claros podrían ser Between The Lines o más adelante Chrono, aunque a estas alturas del disco es de esperar la monotonía tema tras tema. A pesar de ello, en las últimas canciones el grupo ha sabido darle algunos tintes de distinción, como en The Conflict, que bajará el ritmo tan constante que seguía este disco ó en Through The Cracks que nos mostrará una batería más atrevida y rápida. Gran tema. Sin embargo, el tema más mágico de todos se guarda para el final, Truth And Temper, concretamente en su primera parte —el tema finaliza en su mitad para más tarde aparecer a modo de bonus track— pues se aprecia una atmósfera que ayuda a darle otro aire a este grupo, algo que no vemos en el resto de temas. Por supuesto, no es algo típico del hardcore, pero para mi es un punto a favor, yo creo que deberían utilizar esta fórmula en más canciones de su posible próximo disco.
En conjunto seguramente sea el disco de hardcore que más me ha gustado en los últimos dos años —junto al nuevo de Comeback Kid—. A pesar de que me costó cogerle el gusto, al final me quedo con la segunda mitad del disco.