SuicideByStar

Title Fight – Hyperview (2015)

Tradicionalmente la escena emo/punk ha sido relativamente estanca y conservadora. No es fácil encontrar a grupos que hayan echado a volar más allá de las ramas de la escena, y si esta evolución se ha dado, generalmente ha sido a favor del rock más ortodoxo y maduro. Es por ello que el salto estilístico de Title Fight hacia el shoegaze es, cuanto menos, llamativo.

La pasión del emo a través del cristal opaco a shoegaze

Decir que los de Pennsylvania han renegado de ese emo de raíces noventeras que tanto nos hizo disfrutar en discos como Shed o Floral Green sería una verdad o una mentira a medias, como se quiera ver. Cierto, de sordo sería no percibir que el cambio es más que evidente. Las guitarras han pasado a calcar ese sonido tremolado y reverberante tan propio del post-punk ochentero, los acordes se han enrarecido para crear disonancias y resaltar la oscuridad, y las voces se han quedado debajo de toda esta alfombra sonora tejida por los pedales como mandan los cánones del shoegaze. Con todo ello, Title Fight mantienen su naturaleza interna: las melodías y sección rítmica sigue fiel a su esencia de punk-rock herido y eternamente añorante. Por mucho que esa vena más introspectiva —que ya encontramos en anteriores trabajos, aunque siempre tan bien equilibrada con el fervor del hardcore— se haya hecho dueña y señora de todo, escuchar temas como Chlorine, MRAHC o Hypernight, ésta última guiada por un impetuoso bajo y con su cantante manteniendo las cadencias, reafirman la teoría.

Necesitamos que su música sea capaz de respirar más

Lo que aquí tenemos es una metamorfosis parcial, reversible, un disfraz que si bien es elegante y creíble no ha conseguido penetrar en la dermis de los norteamericanos, pero que no ha supuesto suficiente valor añadido al sonido grupo. Si bien el resultado es satisfactorio y cálido, al final la sensación que queda es que el traje no ha dejado respirar a un grupo que vivía de la pasión, de esa rabia y frustración que es la base del género madre que los vio crecer. Todavía hay esperanzas que el grupo vuelva a desahogarse de pleno, suelte lastres y suba de intensidad cuando sea necesario. Solo ahí tendrán asegurada mi total bendición.