Considerados ya como uno de los cabecillas del pseudogénero de sludge con enfoque retro y progresivo junto con Mastodon, Baroness y Kylesa, los de Miami han sabido diferenciarse claramente del resto por incorporar una orientación mucho más alegre y más poppie a la receta. Considerablemente alabados con su anterior trabajo Meanderthal, Torche tenían un baremo alto que batir, pero lo han conseguido.
La vistosa portada del disco —me encanta su rollo metal flowerpower— es un fiel reflejo de la impresión que el grupo ha multiplicado los matices y colores de su sonido con la entrada de Andrew Elstener (Tilt), en sustitución de Juan Montoya a la guitarra. Letting Go ya nos abre con esa jovialidad tan característica y le sigue un Kicking cargada hasta arriba de flanger en las guitarras del gran estribillo melódico. Destaca un bajo suelto y pendulón, que a veces sobresale de las guitarras y otras veces crea un telón pétreo como ocurre en el intenso Reverse Inverted, que le debe muchísimo a Soundgarden.
En Walk It Off destacan las guitarras con unos punteos completamente alocados y virtuosos, mientras que las melodías se escurren fluidamente entre riffs rápidos y pesados. Snakes Are Charmed es un tema de intercambio rapidez-lentitud, mientras que en In Peaces la propia banda reconoce la influencia de Melvins. Tras la fugaz descarga de riffs sincopados de Sky Trials es muestra de que a Torche le bastan con temas cortos de entre 1 y 3 minutos para sentirse progresivos y punk al mismo tiempo, y de hecho les sobra para hacer puente introspectivo y psicodélico como en Roaming.
A partir del directo Skin Moth podríamos achacar cierta monotonía, pero prefiero catalogarlo como una pérdida de la impredictibilidad que residía en anteriores trabajos. Las melodías siguen funcionando bien, y el final nos aporta el cambio de registro que hacía falta. Solitude Traveler nos aporta el tema nostálgico, Harmonicraft robóticos ritmos kraut sobre los que unas guitarras enrarecidas por mil efectos dibujan figuras a partir de una escala, y Looking On la parte más hipnótica, primaria y animista no exenta de ruidismo.
Harmonicraft, es un disco que no conlleva grandes cambios en el estilo de Torche, pero ha sabido avanzar en cuanto a la composición, las melodías y la gama de sonidos del grupo. Desprendiendo el buen rollo de las playas soleadas de su Miami natal, Harmonicraft sí que revaloriza el stoner-pop-punk como música para el verano, y se presenta a candidato a lo mejor del año.