(III) es el disco que hoy tenemos entre manos, el tercero de los madrileños Toundra y uno de los lanzamientos más esperados a nivel nacional. Pocas presentaciones haremos del grupo a estas alturas, de sobra conocidos en nuestro blog, así que entraremos de lleno con la obra en cuestión.
(III) toma el relevo de (II) -obra indispensable en la discografía de este grupo y donde encontramos las bases del sonido que estamos escuchando- con el que está emparentado en muchos aspectos. Pero no sería justo tratar a (III) como el hermano pequeño de su predecesor, pues el recién nacido tiene la suficiente calidad y personalidad como para hablar por sí solo. Nos encontramos ante un rock bastante inspirador, místico, evocador, de partes realmente emocionantes y de una ejecución exquisita. Como novedades, podríamos destacar un cierto aire más progresivo y un bajo con mayor protagonismo. La intensidad y las ganas, las de siempre.
El disco abre con Ara Caeli, un tema que tiene mucho que decir, más de lo que parece a primera escucha. Destaca por sus geniales violines pero enamora gracias a ese intenso final donde las guitarras trabajan su melodía mientras la batería se carga de destiempos y una técnica admirable. Enlaza con Cielo Negro, la canción que me ha parecido más completa en todo el disco, por su genial comienzo bajo la lluvia, que poco a poco se va apagando antes de desatar la tormenta que todos estamos esperando. Y qué decir de Requiem, la parte más cruel para este disco que lleva la muerte y el espiritismo como conceptos principales, una sorpresa para todos los que han seguido al grupo desde sus comienzos. En acústico y en el momento perfecto, con ese genial toque melancólico, un acierto por parte del grupo que demuestra que en (III) tienen mucho que contarnos. Casi sin descanso, el disco que antes de su edición fue amor ciego se convirtió en amor a primera vista.
Para la otra mitad del disco tenemos a Marte que representa la rabia, el viaje a lo desconocido, Lilim, que nos trae calma y sosiego, y Espirita, un tema que transmite la emoción de un niño que ha estado divirtiéndose todos estos 40 minutos. Una obra perfectamente entendible desde su concepto. De la mano de Toundra hemos caminado hacia la muerte y nos han guiado por los lugares más oscuros, mientras las brujas con sus hechizos han invocado a espíritus que bailaban alrededor de nuestra alma.
(III) se convierte en otra gran pieza para Toundra, quienes deben sentirse realmente satisfechos con el resultado obtenido. Un juguete más para sus enormes directos.
