IV nace marcado por su polifacetismo. Algunas caras del mismo corresponden a los mismos buenos y viejos Toundra, siendo Kitsune un claro ejemplo que nos remite al post-rock de aires exóticos de II. Otros temas se orientan en muy distintos términos, Strelka juega con la sutileza consiguiendo una oscuridad nunca antes oída en el cuarteto, mientras que Qarqom o Belenos son los cortes donde mejor intuimos hasta donde ha llegado la influencia de su guitarrista Macón, siendo éste el primer disco en el que participa del proceso compositivo. Las guitarras son incisivas —a veces dejan detalles del ese poso psicodélico de El Páramo—, y el grupo ha sabido entender mejor que nunca cómo construir alrededor de la misma armonía, creando valles y cambios de intensidad más moderados pero siempre muy apegados al eje central de la canción. No cesa la sensación de que cada corte es un capítulo de esta historia conceptual del zorro en la mitología y el folclore.
Quedando todo demostrado, y sin injerencias de la multinacionales discográfica (Century Media/Superball), los madrileños han obviado cualquier condicionante comercial en la formulación de IV, y más que nunca han hecho un disco que les ha salido a su propio gusto. Solo así se explica la temprana introducción de Lluvia —un interludio atmosférico de 5 minutos con los sintetizadores de Mario Zamora de Lüger — y el viaje a tierras más verdes impregnadas de celebración en Viesca, donde los instrumentos de viento y los violines juegan un papel protagonista. No menos llamativa es la composición de Oro Rojo en escalas mayores, lo que impregna a la música de un optimismo y luminosidad sin precedentes en el grupo.
Aunque no lo consideraré su mejor obra, Toundra han hecho muy bien las cosas en IV. Nos ganan cuando componen temas en su tradicional estilo, mientras que cuando arriesgan con nuevas ideas sacan a la palestra lo más interesante del álbum. Una diversificación equilibrada que no satisfará a todos pero sí que deja leer entre líneas que hay mucho de cada integrante de Toundra en este disco.
