Toundra + The Hardtops 23/02/13 (Joy Eslava – Madrid)

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¡Qué bien se lo pasa tocando esta gente! Es lo lo primero que a uno se le pasa por la cabeza viendo tocar a Toundra. Está claro que han crecido como banda más de lo que ninguno de nosotros podría imaginar hace 3 o 4 años. Con (III) demostraron que no iban a ir por el camino fácil del trilladísimo sonido post rock y dieron un giro hacia sonidos más progresivos. Era hora de ver qué tal defendían esto en directo, con la proeza de haber dado un salto en el aforo de más de 500 personas desde la última vez que hicieron lleno en la capital. Por desgracia, aunque no dieron un mal concierto, no estuvo a la altura de las expectativas. No sé a qué se debió exactamente, si a la pérdida del factor sorpresa tras unos cuántos años años ya siguiéndoles la pista sobre el escenario, el cúmulo de factores que hizo que el sonido de la Joy Eslava no fuese gran cosa o que sencillamente me pilló con un mal día. Quizá un poco de todo.

En primer lugar, no sonó todo lo bien que cabría esperar. El conjunto sonaba potente, quizá incluso demasiado alto. En general, los detalles brillaron por su ausencia pese a lo enérgico de su propuesta: el sonido fue caótico, muy denso y poco definido, en algunos momentos incluso llegando a confundir, pese a que se identificaban las dos guitarras y el bajo sin problemas. Acostumbrado a que toquen con un sonido más cristalino y dinámico, con más espacio para los instrumentos, esto supuso de entrada una ligera decepción por lo plano que resultaba el conjunto. Caso aparte fueron las colaboraciones: los teclados no se oían y ni siquiera me di cuenta de que el trompetista estaba sobre el escenario hasta que bajó del mismo. Algo parecido con las voces, que pasaron completamente desapercibidas, aunque por suerte a Macón sí le pudimos escuchar con claridad a la guitarra acústica. En definitiva, creo que se aprovechó bastante mal el elenco de invitados, en gran parte debido a estos problema de sonido. Por buscar algo positivo dentro de este apartado, el efecto final de distorsión de Cielo Negro fue lo que más vivo y definido sonó del concierto, un contraste brutal con la poca definición del resto.

En segundo lugar, hubo determinados detalles a lo largo de la noche que no me terminaron de convencer. Creo que podría resumirse explicando que la nueva dirección que ha tomado la puesta en escena del ahora ¿quintento? me deja una sensación un poco amarga: parece que el intimismo que imperaba en sus conciertos ha ido poco a poco tornándose en algo distinto, sobre el escenario se muestran como una banda de ROCK con mayúsculas, constantemente animando al público, lo cual me parece un poco cargante. Sinceramente, no creo que haga falta pedir que la gente de palmas en todos y cada uno de los temas o que haya constantes cortes para agradecer al público, matan un poco ese ambiente tan cuidado, en este caso remarcado por la iluminación de la sala Joy. No es con esto mi intención decir a Toundra cómo deben tocar, simplemente quiero hacer notar que es algo que a mí me corta bastante el rollo, creo que debe ser la música la que hable por la banda, y más teniendo en cuenta el tono instrospectivo de la mayoría de sus temas. Espero que a nadie se le ocurra tergiversar mis palabras y caiga en la necedad de afirmar que Toundra no pueden salir a tocar contentos. La gota que colmó el vaso en mi opinión fue la versión de los Ramones, completamente fuera de contexto y que partió por completo la actuación. (Mi opinión acerca de los Ramones me la guardo para otra ocasión…)

En definitiva, se agradece el esfuerzo de intentar sorprender a estas alturas y sobre todo hay que destacar la labor que debe suponer coordinar tantas colaboraciones para sacar adelante un concierto de estas características. Sin duda lo mejor del concierto fue el setlist, bastante equilibrado entre temas nuevos y viejos. Ya sea por unos motivos u otros, no pude disfrutar de la noche tanto como me gustaría, aunque intentaré recordar el buen sabor de boca de la presentación de (II) o de la última vez que les pudimos ver tocando ambos discos del tirón para la próxima vez que les vea. Me quedo con los Toundra más naturales y comedidos.

PD: no es mi intención menospreciar a the Hardtops pero no me gusta nada lo que tocan, prefiero no hablar de lo que no conozco.