Tryptikon – Melana Chasmata (2014)

TRIPTYKON-Melana-Chasmata-DLP

Gran parte de culpa de la formación de géneros como el black, death, thrash y en general cualquier tipo de metal extremo de la actualidad se la debemos a Celtic Frost y por ende a Tom Gabriel Fischer. En 2008, solo dos años después de la reunión que daría luz al aclamado Monotheist, Fischer —o más conocido como Warrior— volvía a poner punto final al grupo y formaba un nuevo proyecto para el nombre de Triptykon.

Si los primeros discos de Celtic Frost se nutrían de emociones y letras inspiradas en historias procedentes del mito religioso y  fantástico, Triptykon es el sustrato de un hombre de 50 años con cicatrices de una vida que le ha puesto al borde del suicidio. No es irrelevante que la traducción de Melana Chasmata es en realidad “profundas depresiones”.

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La realidad es tan dura que no necesitamos cuentos de miedo

Mientras Eparistea Daimones fue, según palabras del propio Fischer, una orgía de odio, este segundo disco es abiertamente un disco más reposado y en cierta medida triste. Un metal más intuitivo que técnico, lejos de cualquier posible encasillamiento —¿cómo categorizar a un padre a partir de sus hijos?— que combina bien piezas más avasalladoras con otras más gentiles.

Temas como Tree of Suffocating Souls destilan un death primigenio y abrasador; otros como Breathing te hacen sucumbir bajo el peso de mil toneladas de martillos. Todo fluye alrededor de una humanidad sin esperanzas, que lleva cayendo en las mismas trampas desde los tiempos en los que salió de las cavernas, matando a semejantes en nombre de un ser superior que nunca nadie ha conocido. Toda esa fiereza sumergida en un gran dolor que convierte temas rudos como In The Sleep Of Death o Black Snow en letanías macilentas.

Piezas todavía más emotivas y cálidas aparecen en el disco: Bokesline House, la famosa mansión maldita a orillas del Lago Ness, o Waiting donde llega a aparecer un doom/sludge melancólico, con la voz femenina de Vanja Slajh, bajista del combinado; pero si tengo que destacar uno será la característica atmósfera de Aurorae, una suerte de post-metal envuelto en nubarrones negros, rematado por unos solos completamente electrificantes.

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Antes innovador, ahora dueño de su música

En palabras del frontman suizo del grupo, el odio es una actictud infantil que solo hace girar la rueda del sufrimiento y dolor humano. Si aplicamos esta reflexión al análisis de la evolución sonora de Triptykon podríamos decir que es un disco conscientemente más maduro e íntimo desde el punto de vista que un disco de metal oscuro puede serlo. Cansado de los discos técnicamente perfectos y en un momento en el que el heavy metal tiene ya casi 40 años de vida, el claro objetivo de Tom Gabriel Fischer es precisamente el de buscar emociones verdaderas. Se pasó el tiempo de marcar tendencias, ahora es cuando Fischer saca los discos con la música que realmente le sale de dentro.